Hace ya algunas horas que dimos por concluido el primer curso de Introducción al software libre impartido en Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Como experiencia, considero que este curso ha sentado un precedente importante para el estudio y enseñanza del software libre en este recinto universitario, pues más allá de los pronósticos adversos que en su momento fueron vertidos por algunas autoridades del plantel, el curso tuvo una aceptación más que excelente por parte de cada uno de los asistentes, al grado de haberse solicitado ya una segunda edición del mismo para el próximo año, ¿pueden creerlo?
Del alguna forma este esfuerzo viene a echar por tierra la infundada teoría de que a la gente de letras y humanidades no le interesa saber nada que tenga que ver con tecnología, y mucho menos con software libre; por el contrario, esto significa que hay un público potencialmente abierto a nuevas propuestas y enfoques, cuyo propósito es diseñar proyectos sobre la base del trabajo en colaboración y la ayuda mutua entre pares.
Aún recuerdo el momento cuando a principios del mes de junio del presente año un profesor de la Facultad nos dijo: ¿y eso para qué?, eso es cosa de ingenieros y no para gente de letras.
Fue entonces que nos dimos a la tarea Daniel Guerrero (colega y amigo sin en cual esta empresa no hubiera sido posible) y yo de formular un curso introductorio tanto para alumnos como para profesores de esta Facultad, con el intención de mostrar las ventajas que el software libre supone para la formación de recursos humanos y la optimización de costos. El resultado fue un curso por demás heterogéneo, al cual asistieron maestros y compañeros provenientes de distintas carreras, lo que le dio al grupo la posibilidad de intercambiar experiencias sobre la base del trabajo emprendido durante las sesiones y a través de los conocimientos que cada de ellos poseía en cuanto a la utilización de aplicaciones informáticas varias.
A lo largo de esta aventura se mostraron y utilizaron diferentes aplicaciones libres, como el es el caso de OpenOffice, Gimp, Kompozer, entre tras, mismas que por su naturaleza pueden ser instaladas y ejecutadas en un sistema operativo propietario como Windows. Posteriormente se trabajó con una versión LiveCD de Ubuntu 7.04, distribución que permite probar y conocer un sistema operativo tipo GNU/Linux en una computadora convencional sin necesidad de instalarlo por completo. Sin duda esto fue uno de los aspectos más significativos y ricos del curso, pues para los asistentes ésto se tradujo en la posibilidad de interactuar con un sistema operativo Linux sin tener que echar mano de una configuración exhaustiva de su equipo de cómputo. Aquí es donde los avances tecnológicos de una herramienta tan potente y robusta como Ubuntu se ajustan a las necesidades de un usuario promedio y logran introducirlo a un mundo que tan sólo un par de años atrás estaba simplemente destinado a expertos y geeks.
En resumen, estamos sumamente satisfechos y contentos con esta primera experiencia que se centró en la promoción de software libre, sobre todo porque se da en un ámbito donde su población o comunidad no tiene una formación centrada en la tecnología, pero no por ello desprovista del entusiasmo y deseo que hacen posible el aprendizaje de nuevas alternativas para el manejo de información digital en un entorno de libertad y conocimiento como lo es GNU/Linux y la pléyade de aplicaciones que conforman el mundo del software libre. Sin duda esto nos anima a mejorar y a tratar de imprimir nuestro mayor esfuerzo en futuras ediciones.
No queda más que agradecer a todos los asistentes por su tiempo y colaboración, pero en especial a Daniel por su particular entusiasmo hacia este proyecto. Saludos.
Soy libre, uso software libre.
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